La FAO (Organización mundial para la agricultura y la alimentación) dice en un documento que comer insectos sería la solución al hambre en el mundo, la obesidad en los países desarrollados y al medio ambiente. Estaría bien que empezasen con esa comida de delicatesen y barata, los políticos para que al pueblo le saliesen sus dietas más baratas, y los banqueros para que no necesitasen esas jubilaciones eh indemnizaciones súper millonarias, aunque ya sabemos que si alguien se va a tener que tragar el sapo el primero será el pueblo. Sabemos que para erradicar el hambre en el mundo, sobraría con redistribuir la riqueza y aprovechar todo lo que se produce, ósea problema político y de los cabilderos, como son también conocidos los lobbistas, representan al sector económico al margen de cualquier interés social. No hay mejor ejemplo de cómo operan los lobbis industriales en contra del interés general que la controvertida agricultura transgénica. Muchos agricultores temen que la inversión tan costosa que representan estas semillas y los servicios asociados a ellas, con el tiempo les lleve a la ruina, y la actividad agraria se concentre en un puñado de agroindustrias, algo que está ocurriendo en Estados Unidos.
La propuesta de la FAO no está
hecha para todos los paladares, para algunos es tragarse el sapo, pero en la ONU
no tienen dudas: si a buen hambre no hay pan duro, que menos que un plato de
gusanos. En España ponemos también el contrato único, o para el poder político
y económico ni eso sin contrato, ben atrabajar hoy y mañana si te necesito ya
te llamo. De esta manera se elimina el derecho al desempleo, y las pensiones.
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